Hace más de 50 años que estamos en relación con el sector de la construcción a través de nuestros productos. Este largo bagaje profesional nos ha llevado a asumir el compromiso y el respeto a la tradición como valores de referencia, pero con la vista puesta en el futuro y en la permanente búsqueda de nuevos productos y soluciones constructivas.

Existen innumerables técnicas y procedimientos para utilizar la tierra (la arcilla) y la cal (la piedra caliza sometida a altas temperaturas) para recubrir nuestros muros. La tierra es el material de más alto rendimiento higroscópico que conocemos, dentro de los materiales aptos para la construcción, tiene una enorme capacidad de absorber y entregar agua regulando así la humedad ambiental de nuestro entorno.

La resistencia al paso del vapor de la tierra (μ entre 5 y 10) es entre 10 y 15 veces menor que la del cemento (μ = 82) y 40 veces menor que la de un panel de OSB3 (μ = 217). La tierra nos aporta arcilla, que combinada con áridos, pigmentos y otros aditivos nos permite crear capas protectoras, estructurales o decorativas. El enlucido de tierra proporciona inercia térmica, permite acumular calor, igualmente ayudando a mantener los espacios cálidos en invierno y frescos en verano. La tierra es la mejor protección a todo tipo de irradiaciones electromagnéticas y sistemas energéticos nocivos para los humanos.

 

  • Transpirable y permeable al vapor de agua
  • Regulación de la humedad
  • Absorción de olores y ruidos
  • Baja conductividad térmica
  • Fácil manejabilidad